Autora: Yule Sekai
Nombre del fic: Un luchador
Pareja: Kray, Hunhan, otras que aparecerán a medida de como avance la historia.
PG: +16
Dedicado a: Minako Aino @sbeaea por su cumpleaños.
Género: Tragicomedia, AU.
Descripción: Si solo sus sueños se cumplirían, si solo ellos no tuvieran esperanzas, si solo ellos no tuvieran deseos de morir...esta historia no existiría.
Kevin es un boxeador que lo perdió todo, Yixing es un reportero que cree tenerlo todo. Luhan tiene muchos sueños truncados y Sehun no tiene ni siquiera sueños.
Advertencias: Lemon, Yaoi (ChicoxChico), Lenguaje obsceno y Violencia.
Hola, queridas y hermosas personas que me leen. Pues este es un fic que planeaba hace mucho pero que no se dio porque estaba demasiado ocupada, la idea iba a ser un oneshot pero a medida que la desarrollé creí que debía hacerla fanfic. Quienes me conocen en mis otras páginas saben que no tiendo escribir fanfics fluffy así que si se trauman fácilmente mejor no lo lean.
Las quiere,
YuleSekai
Capítulo 1: Un nuevo objeto de estudio
-“Escribe algo nuevo y refrescante”- dijo en son de burla Yixing tratando de imitar el acento sureño de Suho, su editor en jefe. Y no es como que no apreciara a Suho es solo que para él no escribir sobre lo que le gustaba gracias a órdenes de editor no le parecía muy justo pero no podía quejarse pues trabajaba en una de las revistas de New York más prestigiosas de los años 50: el New York Times.
-Este estúpido Suho no quiere que escriba sobre Marilyn Monroe o Elvis Presley sino sobre alguien más- tiro su chaqueta de tweed al suelo con frustración- los demás son seres sin brillo…a este paso me será imposible ganar un Pulitzer.
Les contaré como es Yixing: un chico de 25 años con aires de grandeza, recién graduado de la carrera de periodismo, con un marcado vicio por el cigarrillo y una predilección enferma por escribir sobre estrellas de cine. De cabello café castaño, ojos inquietos y hoyuelos infantiles.
Todo un novato solo que él no quería aceptarlo.
Estaba estresado y debía admitirlo, mientras desenredaba su corbata le dio una rápida mirada al teléfono de su casa, pues conocía quienes podían quitarle ese estrés. Esbozó una sonrisa y los hoyuelos en sus mejillas aparecieron mientras alzaba el auricular y con sus huesudos dedos marcaba el número de “la casa de las mariposas” un nombre tonto para un burdel según Yixing, el lugar en donde conseguía a chicos inocentes con los que pasar la noche.
Luego de 2 tonos una voz suave pero segura respondió:
-Buenas noches, esta es la línea telefónica de la casa burdel de las mariposas si…
-¡KyungSoo!- exclamó Yi al borde de la risa-. ¡No sabía que seguías ejerciendo el trabajo!
KyungSoo rodó sus ojos mientras masajeaba sus sienes pues como el encargado del burdel y antiguo trabajador recibía muchos chistes de su asiduo cliente, él como mucho de los conocidos y amigos de Yixing sabía que él debía empezar a madurar.
-Yi- su voz cambió a una más dura-. Sabes bien que ahora solo cuido de los chicos a mi cargo… ¿A quién quieres hoy?
-El de siempre- susurró humedeciendo sus labios.
-¿A Luhannie?
-Obviamente.
-Tenemos más chicos que tal vez te podrían gustar como HeeChul, MinHyuk, Key…- violenta interrupción.
-Yo solo quiero a Luhan.
-Está bien, estará allá en unos 5 minutos, por cierto Yi tú sabes que te respeto como amigo pero deberías buscarte una esposa.
-¡Lo haré luego KyungSoo! ¡Adiós!- y cerró el teléfono dejando a KyungSoo con las palabras en la boca.
Yo no me voy a casar, los periodistas debemos ser libres y nunca atarnos a nadie.
Quito los tirantes de su camisa y prendió el televisor de su pequeño departamento rodeado de revistas y con un tapiz color crema eso sin mencionar el penetrante olor a cigarrillo que solía invadir el lugar.
Lo prendió con la única razón de encontrar un poco de inspiración, aquel personaje “único” para la siguiente edición de la revista, su primer artículo en solitario.
Con solo 5 canales, la televisión era para Yixing el mejor invento de la humanidad incluso mejor que la penicilina y los dibujos animados.
Sus programas favoritos eran: Los intocables, I love Lucy (un secreto ante todos sus amigos) y el Llanero Solitario pero por ahora no debía distraerse y trató de concentrarse en los noticiarios.
-Y eso fue lo último que les podemos reportar acerca de Elvis Presley y su reciente concierto, ahora traeremos imágenes de Laika para saber más de la vida del primer animal en viajar al espacio- dijo la reportera que lucía un vestido esponjoso de lunares.
-Incluso hablar de Laika sería mejor que de un personaje que nadie conoce- dijo Yi prendiendo un cigarrillo y acercándolo a sus labios carnosos.
Escuchó un par de tímidos golpeteos en la puerta y de una supo de quienes eran, quitó el cigarrillo de su boca y lo apagó en el tibio vaso de ron que se encontraba en una mesita desde hace más de una semana, abrió la puerta y se encontró con un sonriente Luhan.
-¡Luhan!- lo abrazó con sus flacos brazos y lo invitó a pasar al lugar.
El joven muy tímido entró muy despacio apretando contra su delgado cuerpo su abrigo.
-¿Cómo ha estado todo?- le preguntó Yixing en son de amistad aun sabiendo que vender tu cuerpo no era algo de lo que él pudiera estar orgulloso.
-Todo va muy bien Yi- se quitó el abrigo mostrando sus blancos brazos, su mirada era inocente y su cabello rubio le daban un aire de niño.
-¿Comenzamos?- preguntó Yixing acercándosele y pegándolo contra su cuerpo. Luhan aspiró el olor a cigarrillo y ron del cuerpo del otro y empezó a hacer lo que mejor sabía hacer, hacer sentir un poco querido al solitario Yixing.
Y es que él lo conocía muy bien y había notado como aquella persona que eran tan dulce con él sufría por estar solo y aunque KyungSoo le había repetido millones de veces que solo era un niño inmaduro e infantil que solía llamarlo solo a él de puro capricho, Luhan no le quería creer pues sabía que como él Yixing también se sentía solo.
Un par de gemidos escaparon de la boca de Yi al sentir las manos de Luhan recorrer su espalda suavemente, pero por una extraña razón no estaba tan abstraído a disfrutarlo como antes. Aquel tema de “debes escribir sobre alguien desconocido” que rondaba persistente en su cabeza lo traía un poco desubicado.
-Y ahora para finalizar la transmisión del noticiero tenemos un reportaje acerca del boxeador “The Big Boss” poseedor del título de peso pluma por más de 5 años que ahora se encuentra en una demanda por desmanes públicos y está a punto de perder su título frente a…- la voz de la reportera llegó a los oídos de Yixing y todo su cuerpo se tensó.
-¿Yi, estás bien?- preguntó Luhan alejándose de él.
-Sí, pequeño…estoy bien- se sentó muy rápido en el sillón café frente al televisor y prestó atención a lo que decía la conductora.
-La siguiente foto que van a ver fue tomada en las afueras del teatro Kodak donde Kris Wu más conocido como “The Big Boss” atacó a un camarógrafo dejándolo brutalmente herido- la foto mostraba un chico de cejas tupidas y cabello negro al estilo militar, muy alto (casi el doble de Yixing) con una expresión furiosa y su puño apuntando a la cámara-. Se ha empezado a comportar así desde que el mal de Parkinson ha afectado su capacidad de luchar en el ring. Creo que es hora de que cuelgue los guantes…
Luhan se quedó ahí parado con su camisa de botones desabrochada y un signo de interrogación dibujado en su rostro al ver a Yixing viendo aquel reportaje sobre ese luchador de manera tan abstraída.
-Yi- le picó con su dedo el hombro-¿Puedo comer algo de lo que tú tengas?
Solo asintió con la cabeza y Luhan caminó hasta el refrigerador de la casa para buscar algún sanduche a medio comer que seguramente Yixing dejó.
-Y con el último reportaje acerca de “The Big Boss” nos despedimos en esta bella noche del 10 de mayo de 1955 en Nueva York- dijo la reportera terminando el noticiero para dar paso a algún cartoon animado que Yixing seguramente ignoraría.
Es él, aquel egocéntrico chico, es quien me va a dar un reportaje refrescante y nuevo.
Yixing se levantó de su sillón y apagó el televisor con una enorme sonrisa y con más vigor, le dio una rápida mirada a Luhan que mordisqueaba un sanduche de pavo que él había dejado a medio comer ayer mientras estaba sentado en la mesa mirando a la nada.
-¡Luhan!-exclamó y se acercó a él a pasos lentos-. Te hubieras cocinado en vez de comer mis sobras, te podría dar alguna enfermedad.
-¿Cocinar?- un poco de pavo se había pegado en su labio superior-. No tienes nada de vegetales o de carne en tu refrigeradora, solo encontré botellas de ron y este sanduché.
-Solo yo vivo aquí- rasco su cabeza en un gesto desinteresado-. No necesito comer algo muy elaborado.
-Te vas a enfermar de algún virus desconocido a este paso- un brillo de sarcasmo apareció en sus ojos, ya había devorado la mitad del sanduché- KyungSoo siempre dice que actúas como un niño.
-KyungSoo siempre habla de más- se sentó en una de las sillas desvencijadas de su comedor justo al frente de Luhan que estaba más concentrado en comer que en captar lo que Yixing trataba de preguntar.
Yixing tragó saliva y se dispuso a hablar.
-¿Luhan?- soltó el sanduché y lo puso en un plato que tenía los bordes rotos-. ¿Cómo terminaste trabajando…en un burdel?- los ojos de Luhan se tornaron amedrentados-. No lo tomes a mal, solo estoy curioso pues no luces…- fue interrumpido.
-Mis padres me abandonaron cuando tenía 13 años -empezó a dar vueltas a una pulsera roja que tenía en su muñeca como si esta le ayudara a recordar-. Ellos prometieron que regresarían por mí pero nunca lo hicieron, me abandonaron en la Grand Avenue del centro durante la fiesta de fin de año y por eso no me gustan esas fiestas- la cara de angustia de Luhan le daba una idea a Yixing sobre como lucía el pequeño Luhan al verse perdido y solo en aquella fiesta.
-Creo que los entiendo pues éramos demasiados hermanos y no había dinero. Luego tuve que buscar trabajo, vendí periódicos por un tiempo pero eso no me alcanzaba para comer, luego conocí a KyungSoo- su cara se tornó sonriente-. Él me dio un lugar donde vivir y un trabajo que aunque no es lo mejor del mundo, me da dinero…sé que si me separó de él…tal vez- sus ojos se volvieron acuosos en un instante-. Pueda volver a pasar eso...
-Ya no me cuentes más- Yixing se sintió mal al ver al borde de un colapso a LuHan por ese mal recuerdo- Pero, ¿Nunca has querido algo más para tu vida?
-Claro, que quería algo más, yo deseaba ser cantante pero las circunstancias no se dieron- puso sus delicadas manos en sus rodillas-. Pero yo no pierdo las esperanzas, sé que si consigo el dinero suficiente puedo presentarme en algún bar para cantar además últimamente KyungSoo me ha estado enseñando a afinar mi voz, tal vez algún día pueda cantar jazz como Lance Amstrong.
-Sé que lo lograrás Luhan- Yixing le dedicó una sonrisa que fue correspondida.
-Debo ir a casa- dijo el de cabellos rubios levantándose de la silla y dejando aquel sanduche a sin terminar.
Tomo su abrigo negro del sillón y se lo colocó pero Yixing lo detuvo.
-No te he pagado- sacó unos billetes debajo del almohadón del sillón y se lo extendió.
-Pero no cumplí mi trabajo- sus mejillas se enrojecieron-. No debería tomarlo.
-Es mi contribución a la causa “Luhan va a convertirse en el mejor cantante de Estados Unidos”- rascó su cabeza avergonzado de su lado infantil- Ya, ve a casa.
-Gracias Yi- le dio un beso en la mejilla y salió apresurado del departamento.
Lo vio alejarse y cerró la puerta planeando mentalmente que preguntas le haría a su nuevo objeto de estudio: Kevin Wu.
Luhan salió del conjunto de departamentos en el que vivía Yixing apretando muy fuerte su abrigo contra su cuerpo pues el invierno estaba golpeando fuerte a la ciudad. Pensó que tal vez debía contarle en qué condiciones lo encontró KyungSoo pero los recuerdos le dolían demasiado como para ponerlos en palabras.
Se sentó en la parada de bus mientras una voluta de aire frío escapó de sus labios, le dio otro par de vueltas a su pulsera roja algo nervioso pues nunca le gustó estar en la calle solo. Entonces un chico con una cara algo contraída en una mueca amargada, de cabello castaño y con un saco de pana color gris, se sentó en la parada y empezó a soplar sus manos para calentarlas.
El bus aún no llegaba y LuHan por ser siempre tan abierto a los demás quiso conversar con aquella persona.
-¿Es una noche fría, no es así?- dijo Luhan acercándose imperceptiblemente.
-Sí- dijo aquel muchacho en un susurro.
-Soy Luhan… ¿Cuál es tu nombre?
-Oh Sehun- se giró a ver a aquel muchacho y el corazón de Sehun se detuvo por unos segundos.
Tenía una cara blanquecina, labios muy rosados y un sedoso cabello castaño resbalaba por sus ojos en ondas, le pareció lo más hermoso que había visto en toda su vida luego de su novio…bueno su exnovio.
-¿Sucede algo?- preguntó Luhan al ver a Sehun tan abstraído.
-No sucede nada, todo está bien- le dedicó una sonrisa-. Es muy tarde, ¿Qué haces por esta zona tan peligrosa a estas horas?
Luhan titubeó y las palabras no salieron de su boca, no podía decirle que estaba trabajando en eso…se espantaría.
-Yo…estaba…-sin querer los billetes que le dio Lay (los cuales tenían cifras muy altas) se resbalaron de los bolsillos del abrigo y cayeron en el helado pavimento.
Los ojos de Sehun se abrieron mucho pues que una persona cargue tanto dinero en un momento de crisis financiera tan alta y se encuentre en la calle a altas horas de la noche solo podía significar una cosa que él formaba parte de aquellas clases de carroña de persona que cobraba por su cuerpo…la misma clase de persona que había quitado a su exnovio, JongIn, de sus brazos y la razón principal porque ahora se sentía solo y por la que esperaba aquel bus que lo llevaría al centro de Nueva York donde pensaba seriamente subir al edificio más alto y darle fin a su vida.
Luhan rápidamente se arrodilló y tomó el dinero del piso y lo guardaba en su abrigo muy avergonzado mientras Sehun se había levantado de los asientos y lo miraba con ojos furiosos.
-Perdona, es que mi dinero- los ojos de Sehun le decían todo-. Es que yo…no es lo que parece…yo no- sus ojos se tornaron acuosos.
-Tú eres un prostituto…- Sehun había apretado tanto su puño que sus nudillos estaban blancos-. Eres la carroña de esta sociedad- Luhan seguía en el piso recogiendo el dinero lo más rápido que podía y el de cabellos castaños aprovechó para pisarle sus blancos dedos.
-¡Ay!- Luhan profirió al sentir la suela de ese zapato-. Déjeme en paz, por favor.
-¡No!- Sehun aplastó más los dedos de y se podía oír el crujir de los huesos del otro-. Tus amigos me quitaron a la persona que yo más amaba… ¡Ustedes deben ser exterminados!
-¡Basta!-Luhan forcejeaba lo más que podía para poder escapar-. ¡No quiero morir!
Sehun finalmente quitó su zapato, Luhan pudo quitar su mano e incorporarse. El dolor en su mano subió por todo su brazo y le provocó el llanto.
-Te mataré en este momento y luego moriré yo- los ojos de Sehun estaban inyectados de ira-. Así sabré que al menos hice algo para evitar la propagación de personas como tú- lo señaló y alzó su puño para poder impactar su rostro.
-¡Te dije que pararas!- Luhan detuvo en pleno aire el puño-. ¡Yo no moriré!
Estaba harto de que todos pasaran sobre él, que sus padres lo abandonaran, que sus clientes no lo trataran bien, de ser llamado la escoria de la sociedad porque él no era nada de eso…él solo era Luhan.
-¡No me juzgues sin siquiera conocerme!-le pegó un codazo en plena nariz mientras sus ojos destilaban lágrimas-. Yo tengo sueños que quiero cumplir y ni tú ni nadie van a hacer que los pierdan.
Por el impacto del codo Sehun cayó al piso estrepitosamente mientras su cuerpo temblaba de miedo al ver a Luhan apuntando su puño a su rostro.
Voy a morir, voy a morir y en manos de mi peor enemigo
Una sonrisa de medio lado apareció en la cara de Luhan al tener la capacidad de asesinarlo en ese instante.
Empezó a nevar en la calle 24 a las 12:00 de la noche mientras en una parada de bus ocurría un encuentro de otro mundo…un suicida y un ávido de vida peleaban.
*Al siguiente día*
Yixing solo había desayunado una taza de café tinto y un par de magdalenas (son como galletas) y se consideraba listo para confrontar a su siguiente entrevistado.
-Usaré un saco de pana café y me comportaré de modo profesional y supongo que así no se dará cuenta de que lo único que busco es un reportaje sensacionalista.
Se colocó el abrigo, guardó un paquete de cigarrillos en sus bolsillos y se colocó un sombrero café de ala corta con un cintillo negro.
(N.T: No sé si su ropa combine…pero bueno lol)
Estaba cogiendo las llaves para salir pero el teléfono empezó a sonar pero Yixing lo ignoró pues estaba muy apresurado.
-No creo que sea algo importante- y se fue del departamento mientras el repiqueteo del teléfono sonaba como un eco por todo el lugar.
-*0*0*0*0*-
En el burdel KyungSoo se estaba empezando a estresar pues Yixing no le había contestado el teléfono.
-¿Contestó?- preguntó Baekhyun, otro de los chicos que trabajaban allí.
-No- dijo KyungSoo peinando su negro cabello hacia atrás-. Solo espero que Luhan esté bien, me preocupa mucho que no haya regresado desde ayer.
-Espero que no le haya pasado nada malo- los ojos cafés de Baek se pusieron acuosos-. Él siempre regresa a dormir muy temprano.
-Ya…ya- KyungSoo trató de lucir calmado-. Si empiezas a llorar vas a hacer que se te corra el delineador. Luhan es grande y se puede cuidar solo.
-*0*0*0*0*-
Yixing se subió a su Jaguar XK 120 Roadster y condujo hasta el ring de boxeo en donde por fuentes extraoficiales hoy iría a practicar Kevin.
Estaba algo nervioso pues aunque estaba conduciendo tenía una necesidad muy grande de fumar un cigarrillo.
-Cálmate Yixing- se repetía a sí mismo mientras le daba rápidas miradas al paquete de cigarrillos que había dejado en el asiento del copiloto.
En unos minutos llegó a aquel ring de boxeo en donde habían competido muchos otros grandes pero desde la llegada de los artistas y la televisión no solía estar lleno de gente. Parqueó su carro al frente, se colocó su cámara en el cuello junto al gafete que le daba la calidad de reportero del New York Times y bajó con apremio.
Entró al lugar de donde percibió un fuerte olor a habanos cubanos, sudor y pastillas. La arquitectura era impresionante y estaba rodeado de muchos asientos y en el ring del centro un solitario gigante golpeaba un saco de boxeo.
-Kevin Wu- murmuró Yixing sacando su cámara y disparando hacia donde se encontraba Kevin. El flash de la cámara iluminó parcialmente el lugar e hizo que el boxeador notara la presencia de alguien más en el lugar.
El reportero al verse descubierto trató de salir de asunto lo más profesionalmente.
-¡Soy Zhang Yixing del New York Times, vengo a entrevistarte seguramente mi editor en jefe te avisó que vendría!- caminó apresuradamente hasta el ring cuidando de no resbalar por las escaleras-. ¡Es un gusto conocerlo!
Kevin no había pronunciado palabra alguna pues sinceramente le sorprendía la audacia de los reporteros…seguramente creía que dejando brutalmente lastimado a uno nadie más vendría a arruinarle sus momentos de entrenamiento. Mientras aquel reportero más se acercaba a él pudo ver que era mucho más joven, que lucía como un niño escuálido sin ninguna importancia y que tenía unos hoyuelos muy profundos en sus mejillas.
-¿Quieres morir?- se echó una toalla sobre sus hombros-. Creo que deberías saber muy bien que odio a los reporteros.
-Lo sé pero los odias porque te odias a ti mismo- una pizca de sarcasmo infantil se prendió en sus ojos-. Porque ellos analizan tus faltas y ganan dinero de tus desgracias.
Los ojos de Kevin se ensancharon junto a sus fosas nasales, le daba mucha gracia el atrevimiento de tan escuálido y joven reportero.
-Me sorprendes-una sonrisa infantil se formó en la cara de Yixing al ver como Kevin se bajaba del ring y se acercaba a él-. Eres de los reporteros que más estupideces dice que he conocido.
Desde hace unos días que Kevin sabía que estaba cambiando, que esta persona tan agresiva no era él pero no quería arreglar el problema. Estaba cansado de vivir, cansando de ser el centro de atención y harto de todo…que mejor manera de descargar su ira golpeando reporteros.
Alzó su puño contra la cara de Yixing pero él no se inmutó.
-Me vas a golpear solo porque digo la verdad sobre ti Kevin Wu- tragó saliva algo aterrado pero siguió-. No es fácil descubrir que solo eres un viejo boxeador amargado.
-¡Tú no me conoces!- tomó de la corbata a Yixing haciendo que su sombrero cayera mostrando su cabello castaño y rizado-. ¡Callaré de una vez esa boca que dice tantas bobadas!
Yixing cerró los ojos esperando el inminente golpe que lo mandaría al hospital cuando escuchó una voz cantarina exclamar:
-¡Baja a ese reportero ahora, Kevin!- oyó un par de pasos acercarse hasta donde ellos estaban-. ¡No tenemos dinero para poder pagar tu fianza otra vez!
Abrió los ojos lentamente y se encontró con Kevin sosteniéndolo muy alto y con sus pies colgando del piso, los ojos negros del mayor le transmitían una ira tan fuerte que empezó a temblar.
-¡He dicho que lo bajes!- el chico de la voz cantarina tenía el cabello muy negro, unas ojeras negras y un sombrero de ala corta y cinta morada.- ¡Escucha a tu manager por una vez en tu vida!
-Suéltame, amargado- dijo Yixing con una risilla.
Kevin mordió su labio y abrió la mano impactándolo contra el suelo.
-No quiero volver a verte diciendo idioteces- advirtió quitándose los guantes de boxeo.
El manager le extendió la mano a Yi y lo ayudó a levantarse del suelo.
-Disculpa la actitud de Kevin pero él puede llegar a ser una muy buena persona.- Kevin curvó su boca, tomó sus guantes del suelo y se dirigió hacia las duchas-. Soy Huang Zi Tao, manager de Kevin.
-Soy Zhang Yixing- se sacudió sus ropas-. Reportero del New York Times.
-¿New York Times?- los ojos de Tao brillaron-. Wow, es un honor que Kevin haya sido tomado en cuenta.
Tao como manager era muy eficiente y como inversionista de Gucci también. El recibía la mitad del dinero que ganaba Kevin y una entrevista en el New York Times le daría muchos bolsos y abrigos Gucci.
-Sí pero creo que debo cambiar de personaje- Yixing lucía molesto-. Con él es imposible trabajar.
-Nooo- dijo en son amistoso mientras juntaba sus manos-. Kevin es un amor de persona pero ya sabe con esto del Parkinson suele ponerse un poco gruñón. Venga mañana a las 10:00 y le juro que obtendrá su entrevista.
Yixing sonrió sabiendo que no debería buscar otro personaje y que con el apoyo de su manager lograría sacar la información que quería.
-Estaré aquí mañana.
-¡Excelente!- la sonrisa de Tao era tan grande que se podía comer sus propias orejas-. Ahora con su permiso me retiro para evitar que Kevin haga más desmanes- y se dirigió hacia las duchas dejando a Yixing solo.
Prendió un cigarrillo y lo fumó con evidente satisfacción, arregló su sombrero y salió del lugar muy feliz.
-Fue un gusto conocerte, Kevin Wu.
Era una soleada mañana del 11 de mayo de 1995 a las 09:30 de la mañana en Nueva York cuando un boxeador y un reportero se conocieron y desnudaron sus almas.
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